Las personas nacidas entre 1970 y 1989 podrían necesitar vacunarse para estar protegidos contra el brote de una enfermedad que parecía estar controlada.
El brote de sarampión que tiene lugar en Europa, Sudamérica y Estados Unidos mantiene en alerta a distintos organismos de salud del planeta.
Ante el riesgo de que este virus siga propagándose y cruzando fronteras por medio de las personas, es importante contar con un cuadro de vacunación completo.
Empero, las personas nacidas antes de 1989 (dentro y fuera de Estados Unidos) deberían considerar vacunarse nuevamente contra el sarampión, debido a que antes de ese año sólo se aplicaba una dosis cuya efectividad es del 93%.
En el caso de los pacientes que se vacunaron entre 1963 y 1967, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos recomienda que reciban la versión actual de esta vacuna pues en esos años se elaboraba con virus muertos.
VACUNARSE, PARA REDUCIR RIESGOS
Actualmente, los niños reciben 2 dosis de la triple viral, que los protege contra la rubeola, paperas y sarampión con una efectividad del 97%.
Aunque la aplicación de esta vacuna en adultos no es obligatoria, sí debe considerarse, sobre todo cuando se viaja de forma constante a países con brotes recientes de sarampión.
De la misma forma, quienes no sepan si fueron o no vacunados durante su niñez deberían vacunarse para reducir riesgos.
Este nuevo brote de sarampión en gran medida es consecuencia de los movimiento antivacunas que han cobrado fuerza en varios países y que propicia el brote de enfermedades que se consideraban erradicadas.